Si hay algo que me parece significativo, es cuando las personas nos comparten sus procesos personales. Porque es fácil quedarse pegada viendo los resultados y pensar que OTRAS personas son sencillamente extraordinarias y que tienen una especie de “buena estrella”.
Pero cuando nos comparten sus historias, me he dado cuenta que no. Nadie es especial y todos lo somos al mismo tiempo.
En mi caso, estas frases que leerás a continuación, las repetí en mi cabeza por AÑOS:
“Uffff noooo, yo no, yo soy flojita y no tengo fuerza de voluntad”
“No… yo no puedo, nunca termino lo que empiezo”.
“No… es que yo no tengo esa disciplina”.
“Uff, no, a mí no se me da eso de la constancia”
¿Te suena familiar?
A mí sí.
O a veces este pensamiento: “si esto me gusta tanto… ¿qué me pasa? ¿Por qué no tengo ganas? ¿Por qué me da pereza?»
Yo sí he pensado que “soy floja” como para lograr esto o aquello. He pensado que “no tengo la disciplina” para hacer tal o cual cosa. He pensado que ciertas cosas son sólo para gente “extraordinaria” pero no para mí, porque yo no tengo “ lo que se necesita”. Es decir, un sentimiento de ser IN-A-PRO-PIA-DA.
Porque además, resulta que, como vivimos en una sociedad exitista, nadie habla del “fracaso” o los “errores” o la parte “oscura” de lo que significa realmente intentar algo en la vida y los altos y bajos que tiene ese camino.
Como todo es un espejo, me he encontrado en la vida con muchas bailarinas, alumnas y profesoras, que están atrapadas en este círculo vicioso de “no puedo”, “no es para mí”, “no lo lograré” y “no tengo la capacidad”.
Pero estos pensamientos no siempre se comunican de manera verbal, sino muchas veces con acciones que auto sabotean las ganas, las oportunidades y los sueños. Porque de manera inconsciente, no nos creemos merecedoras de brillar, manifestar, expresar y ser exitosas en lo que nos llene el corazón.
Aquella falta de confianza en nuestras capacidades nos afecta a todos, ¿sabías? Todo lo que ves a tu alrededor estar construido, creado, inventado, descubierto por alguien que no se quedó en “yo no puedo”. ¿Te imaginas una sociedad llena de personas con este pensamiento? No tendríamos civilización, ni arte, ni música, ni ciencias…
Y si este artículo y estas palabras te resuenan, entonces significa que quizás una parte de ti piensa que en realidad no eres importante para el mundo, ya que el mundo tiene todo lo que necesita.
¡Error! Faltas TÚ. Y por favor, esto te puede sonar último de cliché… lo entiendo. Pero sigue siendo verdad.
Por ello, sinceramente espero que este artículo, que primero lo escribí e investigué para mí misma, te sea de utilidad. Espero que te inspire a trabajar en ti misma y recordar quién eres en realidad. Realmente pienso que la sociedad – y el medio de la danza del vientre – será mejor cuando todas nos demos cuenta de la luz que llevamos dentro, con todos nuestros dones y talentos, y no nos dé miedo de mostrarlos y compartirlos.
¿Cómo se traduce la “flojera”? Se traduce en, por ejemplo, procrastinación, falta de motivación, falta de energía, pereza y auto sabotaje, principalmente.
Pero… ¿Sabías que quienes nos comportamos como personas “flojas” o que no tenemos “fuerza de voluntad” en realidad esconde algo más? Lee con atención… nos comportamos así, porque:
NO CREEMOS MERECER el resultado. Procésalo. Quizás no le encuentres sentido, pero haz el siguiente ejercicio:
Piensa en algo que quieras y desees pero que no has “tenido la fuerza de voluntad para lograrlo”, como bajar de peso, o emprender un negocio personal, o participar de una competencia y ganar.
Piensa en el resultado más favorable de todos: tienes el peso/salud/figura que deseas. O tienes tu negocio/emprendimiento y eres sumamente exitosa en todos los aspectos. O estás en la competencia y sencillamente todos quedan boquiabiertos, eres la ganadora absoluta.
¿Te hace ruido? ¿Lo crees imposible? ¿Lo encuentras absurdo? Si es así, me acabas de dar la razón. NO CREES MERECERLO.
Y una persona que no se cree merecedora… ¿qué crees que le falta?
Para que sepas, la falta de autoestima nos roba la motivación y esa falta de motivación se traduce en acciones que pueden ser catalogadas como “flojera” o “falta de voluntad”.
La autoestima es un DERECHO y una OBLIGACIÓN que nos debemos a nosotras mismas. El amor propio es la base de TODO y vale muchísimo la pena trabajarlo. Si tu copa de amor propio está vacía, todo tu universo será visto desde el lente de la carencia.
Como te dije antes, este es un tema que he trabajado en mi misma. Todos tenemos temas de autoestima. Todos enfrentamos inseguridades, demonios personales, comparaciones. Todos hemos tenido alguna figura de autoridad que nos haya dañado la autoimagen, todos hemos tenido algún par/colega/amigo/compañero que nos haya roto el corazón… por eso me parece tan importante ABRIR ESTOS TEMAS, y compartir el trabajo que hemos hecho.
Volvamos a la autoestima para lograr lo que queremos en la vida o en la DANZA 🙂
Si no creemos realmente que podemos lograr algo ni los pasos que se requieren, dejaremos de intentarlo.
Y eso es justamente lo que generará una mirada limitada de nosotras mismas.
Mucha gente quiere bailar, brillar, avanzar… pero se considera muy tiesa, torpe o descoordinada. También se considera INAPROPIADA (muy flaca, muy gorda, muy joven, muy vieja).
Si todas pensáramos así, las profesoras no tendríamos alumnas y las alumnas no tendrían profesoras…
Tampoco existirían las instancias de formación o de muestras de danza. Porque las organizadoras no tendrían la auto-confianza que se requiere para llevar un proyecto a cabo, como un festival, seminario de danza, muestra cultural, entre otros.
La carencia de auto disciplina es la carencia de un pilar fundamental de autoestima, porque se alimenta de una imagen negativa de sí mismo. Y está relacionado con la carencia de auto-confianza. Luego, se transforma en un círculo vicioso, porque sin auto disciplina no logramos aquello importante para nosotros y sin ese logro, nuestra autoestima sigue destruyéndose. Pero al mismo tiempo, la auto disciplina es absolutamente necesaria para elevar la auto estima.
Muchas personas tenemos un concepto negativo de la disciplina: que es “dura”, “mala”, “castrense”, “terrible”, “sufrida”. Pero en realidad, TODO es neutro en la vida, y somos nosotros quienes le damos significado.
Muchas veces, porque estamos condicionados socialmente, atrapados en las expectativas de nuestros padres, pares, amigos y de la sociedad, no sabemos realmente qué es lo que queremos y qué es lo esencialmente importante para nosotros. No sabemos con CLARIDAD qué es lo que a NOSOTROS nos hace felices.
Tampoco sabemos qué hacer con nuestros recursos de energía, tiempo, dinero, inteligencia, talentos… ya que los hemos estado ocupando para agradar a otros y para calzar en cualquier sea el modelo que se nos ha enseñado o impuesto.
Esto automáticamente genera una falta de compromiso hacia nuestras metas, porque no las tenemos claras o están borrosas debido a todo lo anterior. Además, pasa mucho que nos mantenemos ocupados en varias cosas para “vernos exitosos”, en vez de dar un paso atrás y pensar en nosotros mismos.
La claridad de qué es lo que quiero en la danza, o en la vida, nos llevará también a la AUTENTICIDAD y honestidad con nuestra vocación.
La necesidad de que otros reconozcan nuestros logros u ocupar como combustible la aprobación de los demás, es una señal de inmadurez emocional. Implica que para lograr algo, necesitamos un premio (reconocimiento y aprobación). O al revés, buscamos adictivamente el premio (reconocimiento y aprobación), que en realidad es búsqueda de amor (que reemplaza el amor propio), haciendo cosas que nos mantienen ocupados y que nos distraen de nuestros objetivos personales (estamos muy ocupados para comer mejor, o para entrenar más, o para tomar la clase que queremos, etc).
Eso impacta negativamente en nuestros esfuerzos. Comenzamos a procrastinar, a sentir ansiedad, a sentir que queremos comer todo el día (o fumar, o tomar, o estar todo el día en redes sociales – todo lo anterior genera dopamina, altamente adictiva), evitamos hacer lo que es realmente importante, le decimos que no a buenas oportunidades (estamos tan ocupados y cansados).
Nos rendimos frente a nuestras metas, nos ponemos muy nerviosos frente a nuevos desafíos, o hacemos mucho para terminar reventadas de agotamiento (lo que nos afectará al día siguiente… estaremos tan cansadas que no podremos hacer nada), y buscaremos la aprobación de todos quienes nos rodeen. También pensaremos y nos comportaremos como víctimas.
Con baja autoestima, podemos convertirnos en trabajólicas o perfeccionistas que lo único que quiere es demostrarse a sí misma de lo valiosa que es… o demostrarle a un miembro de la familia, a un padre o una madre que sí podemos, que somos dignos. Pero en esta búsqueda, drenamos nuestras energías emocionales, físicas y materiales porque, sin autoestima, TODO es insuficiente, lo que nos coarta la capacidad de sentir gozo y pasión.
Merecemos, por ejemplo:
“La autoestima, completamente realizada, es la experiencia de sentir que SOMOS APROPIADAS para vivir la vida y lograr los requerimientos para esa vida” Confiar en nosotras mismas y saber que somos merecedoras de felicidad es la esencia de la autoestima.
Confianza en nuestra propia habilidad de pensar y de manejar los desafíos naturales de la vida.
Confianza en nuestro DERECHO a tener éxito y ser felices, al sentimiento de que SOMOS VALIOSAS, de que nos merecemos que nuestros deseos y necesidades se vean cubiertas gracias a nuestros esfuerzos. Confianza en merecer vivir bajo nuestros valores y disfrutar los frutos de nuestro trabajo (trabajo personal, trabajo profesional, trabajo en las relaciones…)
Lo anterior genera motivación e inspira acción. Como adultas con una autoestima fortalecida, podemos motivarnos solas. El nivel de nuestra autoestima influenza en nuestras acciones y nuestras acciones influencian nuestra autoestima.
“Mientras más alta es la autoestima, más ambiciosos tendemos a ser, no necesariamente en cuando a obtener dinero y una carrera profesional, sino e términos de lo que esperamos experimentar en la vida: emocional, intelectual, creativa y espiritualmente. Mientras menos autoestima, menos aspiraciones tenemos y menos posibilidades de lograrlas”.
Mientras más fortalecida esté nuestra auto estima, más motivación habrá de AUTO EXPRESIÓN. De manifestar y crear las oportunidades para poder comunicar la riqueza que hay en nuestro interior.
Más honesta y abierta será nuestra comunicación y la búsqueda de aquello que nos haga feliz, porque creemos que nuestros valores, pensamientos y sueños son valiosos.
Sabremos quienes somos y nos podremos centrar en nosotras mismas. Sabremos lo que realmente nos importa, lo que realmente nos aporta, en vez de perseguir goles o metas que en realidad no nutren nuestro verdadero yo.
Con una autoestima fortalecida, aprendemos a pensar por nosotros mismos, cultivar nuestros propios recursos, y tomar responsabilidad por nuestras acciones y decisiones.
“Para la completa realización de nuestras posibilidades, necesitamos confiar en nosotras mismas y admirarnos a nosotras mismas”. Esa confianza y admiración, que parte por nosotras primero que nadie, necesita estar arraigada en la realidad y en la confianza de que MERECEMOS disfrutar de los frutos de nuestro esfuerzo. Es el orgullo tanto de los logros como de los fracasos y de las acciones que hemos tomado para salir adelante. Nos reconocemos como seres de valor.
La aclamación de otros no nos crea la autoestima. Tampoco la construyen nuestros títulos, nuestras posesiones materiales, nuestra pareja, nuestros hijos o nuestro cuerpo.
Si todo esto te ha sido significativo y puedes verte reflejada en estas palabras, ¡te aconsejo que tomes acción!
Hay muchísimas maneras de cultivar tu amor propio. Hay maneras psicológicas, espirituales, chamánicas. Existen terapias de liberación emocional, de auto-conocimiento. Existen círculos de mujeres, grupos de apoyo, libros de auto-ayuda, etc.
Realmente, hay muchísimas maneras de comenzar el camino de liberar lo que nos tiene amarradas y cultivar y fortalecer el amor propio, que es la RAÍZ de todo.
Con más profesoras, bailarinas y alumnas con amor propio, tendremos mejores relaciones entre colegas, entre escuelas, tendremos más oportunidades de crecimiento. Las profesoras no tendremos miedo en enseñar lo que sabemos. Las bailarinas no tendremos miedo de expresar nuestro ser interior. Las alumnas no tendremos miedo de participar en nuevos desafíos.
Imagínate todo lo que puedes lograr y aportar a tu comunidad, a tu familia y al mundo. Imagínate todo lo que puedes aportar a las mujeres y a los hombres de esta nueva sociedad que estamos creando.
Y la danza no es la excepción <3
¡Espero que hayas disfrutado de este artículo! Ya viene la segunda parte en donde hablo más sobre mi investigación de la autoestima y su desarrollo.
NOTA: Este es un artículo de investigación sobre “flojera”, auto-estima, auto-disciplina y auto-confianza. No reemplaza la opinión de un terapeuta ni pretender ser aquello. Está hecho desde el AMOR y los deseos de compartir una experiencia personal. Los autores citados son Nathaniel Branden en su libro: «Los 6 pilares de la Auto-Estima»y Peter Hollins en «The Science of Self Discipline».
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