La verdad, tú verdad, es una sensación integral que toma forma en cuerpo, corazón, espíritu y mente y se te REVELA en formas muy diferentes a la «cháchara» mental.

El otro día una bella mujer que está tomando uno de mis cursos de energía femenina me hizo una pregunta:

«Marcia, ¿para qué son los ejercicios donde nos pides sentir el cuerpo, la emoción y donde se aloja?»

Mi respuesta:

Porque la mente engaña. La mente NO ES nuestra verdad.

Cuando estamos desconectadas de nuestro cuerpo (ciclos, emociones, mensajes, apretones, tirones, contracciones, fluidos, cambios), entonces estamos SOBRE CONECTADAS con nuestra mente.

Mente: muchos pensamientos todo el tiempo, a cada rato. Diálogo interno constante. Interpretaciones personales basadas en experiencia. Interpretaciones personales basadas en herencias, educación, enseñanzas, medios, amigues, colegas. 

Mente: pensamientos basados en el pasado (obsesión, revivir experiencias una y otra vez, cuestionar la experiencia que se revive, darle más vueltas, arrepentimientos, culpas, «debería haber…»)

Mente: pensamientos basados en el  futuro: ansiedad.

La cháchara de la mente NO ES NUESTRA VERDAD.

Mientras que nuestro cuerpo y sus mensajes, muchas veces acompañados de emociones, cuando se contemplan desde un lugar consciente, nos entrega MUCHÍSIMA MÁS INFORMACIÓN.

Si miramos esa información, podemos bucear hacia el interior, seguirle la pista, y encontrar esencias, gemas, raíces. 

Si estamos en exceso conectadas con la mente, entonces vamos a RACIONALIZARLO  todo:

– «Es que tuvo una infancia difícil, entonces por eso me trata mal».
– «Es que mi mamita fue criada así…».
– «Es que mi jefe está bajo mucha presión, entonces por eso…».
– «Es que yo siempre he sido así, entonces por eso…».

PUM. Se racionalizó. Entonces ahí termina. Y PUM, ahí se queda un proceso nervioso-emocional que no tiene cómo liberarse o fluir, porque la mente ya le dio la justificación – la racionalización – así que sentirse de tal o cual forma es una tontera, o una pérdida de tiempo, o una falta de lógica.

La verdad es un todo de cuerpo, corazón, mente y espíritu.

Ninguna manda por sobre la otra.

Ninguna tiene el poder de autoridad máxima y no desautoriza, reniega o anula a la otra (a la mente le encanta hacer eso).

Mientras más comunicada estés con TODOS tus lenguajes, sobre todo los de tu cuerpo y todas las sensaciones que afloren, MÁS COMUNICADA ESTÁS CON TU VERDAD.

Desde ahí, puedes tomar decisiones conscientes en vez de decisiones racionalizadas.

Desde ahí puedes comunicar límites.

Desde ahí puedes alejarte o acercarte según vayas sintiendo.

Desde ahí puedes honrarte a niveles profundos.

️

Te invito a conectar con tu VERDAD y suavemente, de a poquito, con ternura y cariño y paciencia, alinearte a ella.

Eso es lo que se llama tener integridad con una misma. No es fácil ni simple, pero se puede ir haciendo un 0,1% toditos los días.